Poderosa Oración Corta Para Un Padre Fallecido

Padre Celestial, reconozco que solo en tu presencia puedo encontrar la paz que tanto necesito. Porque sólo tú conoces a profundidad mi dolor… Mi señor, quiero expresar mis más sinceras palabras, a través, de esta hermosa oración por mi padre fallecido. Desde su partida, ha sido muy difícil superar este dolor. Mi padre fue y será el ser más especial para mí, siempre estuvo a mi lado brindándome su amor.

Hoy quiero recordarle como el mejor hombre que he conocido. Te pido mi Señor que me des las fuerzas necesarias para seguir adelante sin él, ayúdame a aceptar que fue tu voluntad su partida. Y que ahora se encuentra en un lugar mucho mejor junto a ti, donde un día nos volveremos a ver. Gracias mi Señor, porque, aunque mi padre terrenal ya no está a mi lado, en ti puedo refugiarme, y recibir tu amor y consuelo. Amén.

Bendito Señor Jesucristo, digno eres de recibir toda la gloria y la alabanza. Me dirijo a ti en este día especial en oración a la memoria de mi padre. A quien recordaremos como un hombre ejemplar, el cual nos ha dejado el mejor legado, que es el servirte a ti mi Señor, y amar al prójimo. Sabemos que mi padre fue un hombre que a pesar de las circunstancias difíciles que tuvo que pasar, siempre se mantuvo fiel a ti Señor.

De este modo, queremos honrar su memoria elevando esta oración, pidiendo que su alma repose en los lugares celestiales. Estamos seguros que recibirá el mejor galardón. Padre eterno sabemos que mi padre fue un guerrero, a quien tú enviaste para cumplir un propósito. Y, aunque, es difícil aceptar su partida, nos consuela saber que pudo atender a tu llamado.

Gracias Señor, por darme la paz y el consuelo, se que tú escuchas esta oración corta para un padre fallecido. Estoy en paz porque se que mi padre, supo aprovechar bien el tiempo que le entregaste aquí en la tierra.

Difícil es despedir al ser que nos ha regalado los mejores momentos, no encuentro palabras que puedan ayudar a calmar mi tristeza. Aun no puedo entender tu partida papá, y aunque debo aceptar que ya no está, es inevitable no anhelar tu compañía. Sigues estando presente en mis recuerdos, y en cada uno de mis días.

 Quisiera que escaparas por un instante para disfrutar una vez más de tu compañía. Pero le pido a mi Dios del cielo, que me ayude a aceptar tu partida. Pues, aunque estés en el cielo, seguirás dentro de mi corazón. Y creo que todo el amor que sembraste florecerá cada día en mi vida. Te extraño mucho papá, pero sé que desde el cielo siempre me cuidaras.