3 Poderosa Oración a San Roque

Misericordioso y benignísimo San Roque, te pido humildemente que intercedas ante nuestro padre por la pestilencia. Este mal tan aterrador que nos amenaza día tras día. Bienaventurado santo, tú fuiste un ejemplo digno de paciencia y mayor confianza cuando fuiste herido de la pestilencia.

San Roque, tu padeciste, lo que otros padecen, lo que hizo que nos mires con ojos piadosos, te pedimos que nos libres como conviene. Deseo que tus oraciones fervorosas alcancen la gracia de nuestro Señor, y así derrame sobre nosotros la sanidad que tanto anhelamos. Que toda pestilencia salga de mi vida y de la humanidad desde ahora y para siempre, amén.

Padre Celestial, te doy gracias por ser tan generoso conmigo, gracias por cada bendición que recibo de ti cada día. Hoy especialmente, te pido en nombre de San Roque, que me ayudes a mantener la calma. Llena mi alma mi espíritu de tu paz. Porque siento que la angustia y el miedo están perturbando mi vida.

Necesito tu energía divina para no decaer, esa misma energía que le concediste a nuestro San Roque cuando pasó por el desierto. Ayúdame a saber cómo manejar esos temores, que se han convertido en gigantes para la vida. Que la calma sea mi estado natural, para poder tomar las mejores decisiones. Gracias mi Dios amado, porque sé que me escuchas, y pronto vendrás a socorrerme, amen.

Amado Dios, infinita es tu bondad, en este día te doy gracias, por darme la dicha de haber despertado una vez más. Por la fe que te tengo, amado Dios, y a tu siervo San Roque, elevo esta oración por la salud. Me presento ante tu poder reconociendo que no hay nada imposible para ti. creo que, así como ayudaste a San Roque, así me ayudaras a mi padre.

Te pido que, conforme a tu voluntad, me permitas ver la recuperación total de mi cuerpo que se está debilitando. Te pido que rompas las cadenas que causan malestar en mi cuerpo. Y así también te pido por todas las personas que en este momento están padeciendo graves dolencias en el cuerpo. No existe enfermedad que tú no puedas sanar, porque tu mi señor has levantado al paralítico, le has devuelto la vista al ciego, y haz hecho resucitar muertos.

Todos los milagros que hiciste, los sigues haciendo hoy en la humanidad. Por eso, creo que harás en mí el milagro que estoy necesitando. Y por la fe que tu hijo San Roque tuvo, hoy mi fe está mucho más fortalecida en ti mi Dios. Amén.