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Divina Oración

Versículos bíblicos de sanidad

Versículos bíblicos de sanidad

En ocasiones debemos recordar versículos bíblicos de sanidad, para declarar sobre nuestras vidas y nuestro cuerpo.

Es normal que nuestro cuerpo físico desfallezca, o que con el tiempo empiece a sufrir algunas dificultades por la edad, pero nuestro espíritu siempre debe estar rejuvenecido y debemos orar al Señor para que sea él tratando con nuestro cuerpo.

De esta manera, podemos aplicar a versículos bíblicos de sanidad, para declarar que la sangre de Cristo cubre nuestro cuerpo y que somos libres de toda enfermedad.

10 versículos bíblicos de sanidad

La biblia dice que nuestro Señor Jesús llevó en la cruz del calvario todas nuestras enfermedades, entonces creo que no hay nada de malo en declarar la sanidad de nuestras vidas y acercarnos al Señor para pedirle que nos sane.

Aquí algunos versículos que pueden respaldar tu oración frente a Dios.

Salmos 103:1-3

Bendice, alma mía, a Jehová,

Y bendiga todo mi ser su santo nombre.

Bendice, alma mía, a Jehová,

Y no olvides ninguno de sus beneficios.

Él es quien perdona todas tus iniquidades,

El que sana todas tus dolencias.

Uno de los salmos más poderosos para declarar la sanidad del Señor en nuestras vidas es el salmo 103. Dios no solo nos dio la vida eterna, sino que también es capaz de librarnos de toda dolencia física y emocional; por eso el salmista decía “el sana todas tus dolencias”.

Santiago 5:14-15

14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. 15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.

Cuando existe algún enfermo entre nosotros, debemos levantar una oración por él. La biblia dice allí en el libro de Santiago que la oración de fe es lo que puede salvar al enfermo, por eso lo importante de levantar el clamor a Dios siempre.

Isaías 53:4

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

La biblia dice que el Señor se llevó nuestras enfermedades e iniquidades en la cruz del calvario. El sufrió nuestros dolores y por eso debemos siempre recordar que nuestras enfermedades físicas o emocionales han sido colgadas en el madero.

Muchas veces la enfermedad nos hace dudar del poder de Dios, pero debemos entender que Cristo no solo murió por nuestros pecados, sino también por toda enfermedad que llega a nuestro cuerpo.

1 Pedro 2:24

24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

Por las heridas de Cristo fuimos nosotros sanados, porque él mismo que llevó en su cuerpo nuestros pecados para colgarlos en el madero, es el mismo que llevó nuestras enfermedades; entonces declarar la sanidad en nuestra vida es legal.

Salmos 146:8

8Jehová abre los ojos a los ciegos;

Jehová levanta a los caídos;

Jehová ama a los justos.

Dios puede sanar en cualquier circunstancia, bien sea que padezcamos una enfermedad física, o una enfermedad del alma. Su poder sanador está presente en cualquier área de nuestras vidas y debemos apelar a él para ser restaurados completamente.

Solo el señor es capaz de levantarnos cuando nuestro espíritu desfallece y es el mismo que puede hacer un milagro de sanidad sobre nuestro cuerpo. Solo debemos aprender a clamar y orar al padre.

Deuteronomio 7:15

15 Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.

En la versión Palabra de Dios para Todos dice que “El señor no permitirá que te enfermes”, una promesa a la que debemos aferrarnos. Nuestro cuerpo como templo del espíritu santo debe estar siempre bien, por eso tras cada dolencia debemos aferrarnos a la palabra del eterno.

Salmo 41:3-4

3El SEÑOR les dará fortaleza cuando se sientan débiles.
    Los sanará cuando estén enfermos y en cama.

Yo dije: «SEÑOR, he pecado contra ti,
    pero por favor ten compasión de mí y alíviame».

En medio de nuestra debilidad el Señor nos fortalecerá, y nos sanará cuando estemos enfermos y en cama, pero debemos clamar como lo hizo el salmista, “ten compasión de mí y alíviame”.

Una de las maneras en cómo podemos sanar es clamando a Dios por su restauración en nuestro cuerpo físico y nuestra alma.

Salmo 147:3

sana a los que tienen roto el corazón
    y venda sus heridas.

Muchas veces las enfermedades físicas nos desgastan el alma y está en nosotros buscar a Dios para que él pueda sanar, transformar y restituir nuestra vida. El salmo 147 versículo 3, es una hermosa promesa sobre nuestras vidas, pues solo el Señor tiene el poder de sanar nuestro corazón roto y aliviar nuestras heridas.

Jeremías 33:6

He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.

Una promesa que debemos aceptar en nuestras vidas y que debemos recordar cada vez que estemos enfermos. Dios nos proveerá de sanidad, nos curará de todo malestar y en medio de todo nos revelará su abundancia y su paz.

Incluso, en medio de cualquier enfermedad debemos pedir al Señor que nos llene de su paz, para que la angustia no tome dominio de nuestras vidas y podemos vivir confiando nuestra vida en el padre.

Jeremías 17:14

14 Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.

Un clamor de Jeremías al Señor y que se hace desde la fe, confiando que en verdad Dios es capaz de sanarnos y salvarnos de cualquier enfermedad. Solo el Señor nos libra de toda atadura y hace que nuestros labios siempre destilen alabanza ante su presencia.

Como verás, todos estos versículos bíblicos de sanidad son perlas preciosas que podemos usar como promesa o declaración. Lo cierto es que ninguno estamos excepto a pasar un momento como este, pero si debemos levantar nuestra oración a Dios y dejar que sea el restaurando todo nuestro ser.