El Salmo 5, «Oración al Despertar», es un poema de alabanza y petición a Dios que expresa la confianza del salmista al comenzar el día. En esta plegaria, se reconoce la necesidad de buscar la guía de Dios y la protección en medio de las diversas dificultades y enemigos que puedan surgir. El salmo muestra la humildad y entrega del autor, quien busca la presencia y el favor de Dios en su vida cotidiana.
Oh Señor, al despertar mi alma se eleva hacia ti, te doy gracias por este nuevo día que me has regalado. En este momento de tranquilidad, te presento mis súplicas y anhelos, sabiendo que escuchas mi voz y que responderás con tu amor infinito.
Dios mío, tú eres mi refugio y mi fortaleza, en ti encuentro consuelo y paz. Te pido que guíes mis pasos en este día y que me ayudes a perseverar en la fe, a pesar de los obstáculos que pueda enfrentar. Permíteme mirar el mundo con ojos llenos de amor y compasión, y extender tu amor a todos aquellos que encuentre en mi camino.
Señor, te ruego que me libres de todo mal, que me protejas de las tentaciones y me des fuerzas para resistir al pecado. Líbrame de la envidia, el egoísmo y el orgullo, y llena mi corazón de humildad y gratitud.
Padre celestial, te confío mis preocupaciones y necesidades. Conoces mis más profundos anhelos y temores, y en ti deposito mi confianza. Permíteme vivir en paz y armonía contigo y con mis seres queridos, y ayúdame a ser instrumento de tu amor y reconciliación en el mundo.
Padre Dios, te pido que bendigas a mi familia y a mis amigos. Protege a mis seres queridos y guíales en sus caminos. Dame la sabiduría y la comprensión necesaria para ser un buen ejemplo y testimonio de tu amor, y permíteme mostrarles tu misericordia y perdón en todo momento.
Amado Dios, te ruego por aquellos que están sufriendo, por los enfermos, los necesitados y los desamparados. Llévales tu consuelo y esperanza, y permite que encuentren alivio en ti. Ayuda a aquellos que están perdidos, para que encuentren su camino de regreso a ti.
Padre celestial, encomiendo este nuevo día a tu amor paternal y a tu cuidado constante. Permíteme caminar de tu mano y permitir que tu luz brille a través de mí. Gracias por escuchar mis oraciones y por estar siempre presente en mi vida.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.