Oración Quédate Señor Conmigo» es una plegaria que invita a la presencia y compañía de Dios en nuestras vidas. Con palabras sencillas pero profundas, esta oración nos ayuda a establecer una conexión íntima con el Creador, confiando en su amor y buscando su guía y protección en cada momento. A través de esta invitación, reafirmamos nuestra dependencia de Dios, reconociendo que solo Él puede llenar nuestros corazones y brindarnos paz y fortaleza en nuestro camino espiritual.
en tus manos pongo mi vida.
Te abro las puertas de mi corazón
para que entres y te quedes conmigo.
En este mundo tan agitado y confuso,
necesito tu presencia constante.
Sé que solo en Ti encuentro la verdadera paz
y la plenitud de mi ser.
Quiero caminar a tu lado, Señor,
y aprender de tu sabiduría infinita.
Quiero ser guiado por tu amor y misericordia,
y vivir según tus enseñanzas.
Tú eres mi roca y mi refugio,
mi luz en medio de las tinieblas.
En ti encuentro consuelo y fortaleza,
en cada momento y circunstancia de mi vida.
Quédate conmigo, Señor,
en los momentos de soledad y tristeza.
Hazme sentir tu consuelo y tu amor,
y dame la esperanza de un nuevo amanecer.
Tú conoces mis debilidades y flaquezas,
y aún así, me amas incondicionalmente.
Gracias por tu gracia infinita que me sostiene,
y por tu perdón que renueva mi vida.
Ayúdame a vivir en constante comunión contigo,
a través de la oración y la meditación de tu Palabra.
Que mi vida sea un testimonio de tu amor,
y pueda compartirlo con todos los que me rodean.
Sé que no soy perfecto, Señor,
pero confío en tu poder para transformarme.
Permíteme ser instrumento de tu paz,
y llevar tu luz a aquellos que están en oscuridad.
Hazme humilde y generoso en mis acciones,
y ayúdame a ser sensible a las necesidades de otros.
Que mi vida refleje tu compasión y bondad,
y que pueda servir a los demás como tú nos has enseñado.
Gracias, Señor, por quedarte conmigo.
En cada momento de mi vida,
en cada alegría y en cada dificultad,
sé que siempre puedo contar contigo.
Ayúdame a confiar en tu plan perfecto para mí,
y a vivir con fe y esperanza en tu promesa eterna.
Que mi corazón siempre esté abierto a tu presencia,
y que tú seas mi guía y mi fuerza en todo momento.
Quiero vivir para ti, Señor,
y dar testimonio de tu amor y misericordia.
Queda conmigo, Señor,
y permíteme ser un instrumento de tu paz y salvación.
Amén.