La oración para finalizar el Rosario es un momento especial de recogimiento y agradecimiento. Es el cierre de un momento de conexión con Dios y la Virgen María a través de la repetición de las avemarías y los misterios. Esta oración nos invita a ofrecer nuestras intenciones y agradecer por las bendiciones recibidas. Es un momento de paz y reflexión que nos ayuda a fortalecer nuestra fe y sentirnos más cerca de Dios.
Querida Madre María, nos dirigimos a ti en este momento para darte gracias por acompañarnos en este hermoso rezo del Santo Rosario. Con humildad y devoción, hemos meditado en los misterios de la vida de tu Hijo Jesús y hemos buscado tu intercesión para obtener sus gracias y bendiciones.
Santa María, Madre del Santo Rosario, te pedimos que intercedas ante Dios Padre, para que podamos imitar tu humildad, tu obediencia y tu amor incondicional.
Ayúdanos, Madre intercesora, a ser testigos de la fe en nuestras vidas diarias. Que cada palabra que pronunciemos y cada acción que realicemos sean un reflejo del amor de Jesús en nosotros.
Te pedimos también por todas las intenciones que hemos presentado en este rezo del Rosario. Conoces nuestras necesidades y deseos más profundos. Te confiamos nuestras familias, nuestros amigos, nuestros trabajos y nuestras comunidades. Ilumina nuestro camino y danos fuerzas para enfrentar los desafíos de la vida con coraje y esperanza.
Que el Santo Rosario, tan querido por ti, sea un faro de luz en nuestras vidas, guiándonos hacia Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Bajo tu manto nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras peticiones en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.