La «Oración de los 46 Rosarios a la Virgen de Guadalupe» es una poderosa devoción mariana que une a los fieles en la ferviente oración a la Virgen de Guadalupe, patrona de México. Esta oración se compone de la recitación de 46 rosarios, cada uno dirigido a una petición específica, desde la salud y la protección hasta la paz y la unidad en el país. Cada vez más devotos se unen a esta oración, buscando el consuelo y la intercesión de la Virgen María en sus vidas.
Oh Virgen María, tú que viniste a visitarnos en el Tepeyac, dejándonos tu sagrada imagen impresa en la tilma de Juan Diego, te suplico que derrames tu amor y bendiciones sobre todo el pueblo de México y del mundo entero.
Hoy, te presento mi petición especial: (expresar aquí la intención de la oración), te ruego, oh Virgen de Guadalupe, que escuches mi súplica y la presentes a los pies de tu Hijo. Que sea tu amorosa intercesión la que obtenga para mí el favor que tanto anhelo.
Madre Inmaculada, te pido que me concedas la gracia de perseverar en la fe y en la vida de oración. Ayúdame a confiar siempre en la voluntad de Dios y a seguir los pasos de tu hijo Jesús. Que tu ejemplo de fidelidad y entrega me guíe en mi camino hacia la santidad.
Oh Virgen de Guadalupe, Patrona de las Américas y Estrella de la Evangelización, te ruego por la paz del mundo y por la unidad de la Iglesia. Intercede para que todos los corazones se abran a la gracia de tu Hijo, y que cada persona pueda experimentar el amor infinito que Él nos tiene.
Encomiendo a tus manos mis preocupaciones y angustias, mis alegrías y logros, mis sufrimientos y fracasos. Dame la fortaleza para seguir adelante en medio de las dificultades y la confianza para saber que siempre estarás a mi lado.
Elevando mi oración a ti, Virgen María, también quiero recordar a todos aquellos que sufren y necesitan de tu ayuda. Te pido que ilumines a los gobernantes para que promuevan la justicia y el bienestar de todos los ciudadanos. Que ninguna persona sea excluida de los beneficios del progreso y que nunca falte el pan sobre la mesa de las familias.
Oh Virgen de Guadalupe, te suplico que bendigas a mi familia y a todos mis seres queridos. Fortalece nuestros vínculos de amor y haz que vivamos en armonía y unidad. Protege a nuestros hijos y guíalos por el camino de la virtud.
Al terminar esta oración, quiero agradecerte, oh Virgen María, por tu amor, cuidado y protección. Gracias por escuchar mis plegarias y por estar siempre a mi lado. Confío en que, con tu intercesión, obtendré las gracias que tanto anhelo. Amén.