La «Oración a Recién Nacido» es una bella plegaria que se ofrece a un nuevo ser que acaba de llegar al mundo. Es una joya de palabras que refleja la emoción y gratitud de aquellos que reciben a un bebé como una bendición y regalo divino. En esta oración se expresa el deseo de protección, guía y felicidad para el recién llegado, así como un profundo agradecimiento por la vida que ha sido traída a este mundo. Es una manera hermosa y conmovedora de dar la bienvenida a un nuevo integrante de la familia.
Padre Celestial,
En esta dulce mañana, te dirigimos nuestras palabras llenas de amor y gratitud por el regalo que nos has otorgado. Te presentamos a nuestro recién nacido, fruto de nuestro amor y de tu divina voluntad.
Te pedimos que bendigas a este nuevo ser que ha llegado a nuestras vidas, un hijo que nos ha sido confiado para cuidar y proteger. Te imploramos, Señor, que lo guíes por el camino de la fe desde su más tierna infancia, para que crezca en el conocimiento y en el amor hacia ti.
En tus manos lo ponemos, Señor, para que lo cuides y lo libres de todo peligro. Tú que eres el Pastor Bueno, te encomendamos su salvación y le pedimos que lo apartes de todo mal. Que sea tu luz divina la que ilumine su camino, permitiéndole conocer la verdad y vivir siempre en integridad y rectitud.
Te pedimos por la salud de nuestro hijo, Señor. Te suplicamos que mantengas su cuerpecito frágil y vulnerable fuerte y resistente. Que lo protejas de cualquier enfermedad y le concedas un crecimiento sano y vigoroso. Que no conozca el dolor ni las dificultades en exceso, sino que siempre se sienta amado y cuidado.
Padre, te rogamos también por su espíritu. Que siempre esté lleno de alegría y gozo, que su corazón sea noble y puro. Te pedimos que lo hagas valiente frente a los desafíos de la vida, que su fe sea inquebrantable y que siempre sienta tu presencia cercana.
Dale, Señor, la fuerza necesaria para enfrentar las adversidades que se le puedan presentar. Que no tema al mundo ni a los obstáculos que puedan interponerse en su camino. Que su confianza en ti sea su escudo y su guía, y que siempre encuentre consuelo en tu amor infinito.
Oh, Señor, te pedimos también por nosotros, los padres. Que seamos dignos de la misión que nos has confiado, que podamos ser modelos de fe y virtud para nuestro pequeño. Te rogamos sabiduría y paciencia para educarlo adecuadamente, que siempre sepamos actuar con amor y ternura.
Permítenos, Padre, ser los guías espirituales de este niño, enseñándole tus enseñanzas y tus mandamientos. Ayúdanos a transmitirle el amor inmenso que tú nos tienes, para que él también pueda experimentar tu gracia y misericordia.
En tus manos, Señor, encomendamos nuestro recién nacido. Danos la fuerza y la sabiduría para criar a este niño en el temor de ti, para que pueda vivir una vida plena y abundante a tu servicio. Amén.