La Oración a las 3 Divinas Personas es una invocación llena de fe y devoción que nos acerca a la Santísima Trinidad. A través de estas palabras enaltecedoras, dedicadas al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, nos sumergimos en la maravillosa presencia de Dios. Esta oración nos ayuda a renovar nuestra relación con las tres personas divinas, fortaleciendo nuestra fe y confianza en su amor y protección.
Padre eterno, glorioso creador del universo, te alabamos y te adoramos por la grandeza de tu amor. Tú nos creaste a tu imagen y semejanza, y nos has llamado a ser tus hijos. Con humildad, nos postramos ante ti, rogando que nos concedas la sabiduría para comprender y seguir tu voluntad en todo momento.
Amado Hijo de Dios, nuestro Redentor y Salvador, te reconocemos como el camino, la verdad y la vida. Tú, que nos has liberado del pecado y de la muerte a través de tu sacrificio en la cruz, te pedimos que nos guíes y nos protejas en nuestros caminos. Danos la gracia de seguir tus enseñanzas, de amar a nuestros hermanos y de ser testimonio de tu amor en el mundo.
Espíritu Santo, dulce consolador y defensor, te suplicamos que habites en nuestros corazones y nos ilumines con tu luz divina. Tú, que nos has sido enviado para fortalecernos, te pedimos que nos des la fortaleza para enfrentar las pruebas y tentaciones de la vida. Ayúdanos a vivir en plenitud de tu amor y a ser instrumentos de tu paz en medio de un mundo lleno de violencia y discordia.
Santísima Trinidad, un solo Dios en tres personas distintas, te adoramos como nuestro Creador, Salvador y Consolador. Reconocemos tu omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia. Tú eres el principio y el fin de todas las cosas, y en ti encontramos la plenitud de la vida.
Te pedimos que bendigas a nuestra santa Iglesia, al Papa, a los obispos, sacerdotes y religiosos. Fortalécelos en su misión de guiar a tu pueblo y de llevar la salvación a todas las naciones. Danos también la gracia de ser testigos fieles de tu amor en el mundo, para que podamos atraer a otros hacia ti y contribuir a la construcción de tu Reino en la tierra.
Te encomendamos a todas las personas que sufren, especialmente a los enfermos, pobres y desamparados. Concedeles tu consuelo y fortaleza, y permíteles experimentar tu amor sanador. Te pedimos también por aquellos que están lejos de ti, que aún no te han conocido o se han alejado de tu amor. Muéstrales tu misericordia y guíalos hacia ti.
Padre, Hijo y Espíritu Santo, te agradecemos por tu amor incondicional, por escuchar nuestras oraciones y por estar siempre a nuestro lado. Te pedimos que nos concedas la gracia de seguirte con fidelidad, de amarte sobre todas las cosas y de servir a nuestros hermanos con generosidad. Que toda nuestra vida sea un constante acto de adoración y alabanza hacia ti, ahora y siempre.
Amén.