La Oración a Jesús de Nazaret es un texto que expresa la devoción y el amor hacia Jesucristo. A través de esta plegaria, los fieles buscan conectar con el amor infinito y la misericordia de Jesús. Es una oración que invita a la reflexión, la entrega y la esperanza en la vida de quien la reza. Con cada palabra, se busca fortalecer la fe y recibir la protección del Salvador.
Oh amado Jesús de Nazaret, te entrego mi corazón y mi vida en esta humilde oración. Tú que caminaste sobre la Tierra, llenando de amor y esperanza a todos aquellos que te encontraban, te pido que ilumines mi camino y me guíes hacia la plenitud de tu amor divino.
Con humildad y reverencia, me postro ante ti, Jesús de Nazaret, reconociendo que eres el Hijo de Dios, el Salvador del mundo. Te suplico que me concedas la gracia de vivir según tus enseñanzas, siguiendo el ejemplo de tu vida santa.
Dame, Señor, la fortaleza para resistir las tentaciones del pecado y la sabiduría para discernir entre el bien y el mal. Hazme consciente de mi condición de pecador y dame la oportunidad de arrepentirme y ser perdonado por ti, que eres la misericordia encarnada.
Jesús de Nazaret, tú que sanaste a los enfermos, consolaste a los tristes y liberaste a los oprimidos, te ruego que extiendas tu poderoso manto de protección sobre mí y sobre todos aquellos que amo. Concede tu paz a los que sufren y sánalos con tu amor infinito.
En este momento de oración, te presento mis necesidades y deseos más profundos. (Puedes mencionar aquí tus intenciones personales) Confío en que escucharás mis súplicas y, si es para mi bien y el bien de los demás, las concederás según tu santa voluntad.
Jesús de Nazaret, amigo fiel, ayúdame a llevar mi cruz con valentía y a seguirte con fervor y devoción. Sé tú mi guía en los momentos de oscuridad y desesperación, y dame la fuerza para seguir adelante en mi camino hacia la santidad.
Te doy gracias, amado Jesús de Nazaret, por tu infinito amor y misericordia. Gracias por tu sacrificio en la cruz, que nos ha redimido y nos ha dado la esperanza de la vida eterna. Te alabo y te adoro, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.