La oración a Fray Leopoldo de Alpandeire es un himno dedicado al reconocido fraile franciscano conocido por su humildad y su capacidad de realizar milagros. Esta poderosa oración es un llamado a su intercesión, buscando su ayuda y protección en momentos de dificultad. A través de estas palabras, nos acercamos a la figura de Fray Leopoldo en busca de fe y esperanza, confiados en que su intercesión nos concederá la gracia que necesitamos».
Tú, que fuiste elegido por el Espíritu Santo para realizar grandes prodigios y sanaciones, te ruego que escuches mi súplica y me ayudes en mi necesidad. Sabemos que tienes un corazón compasivo y una voluntad poderosa para obrar milagros en nombre de aquellos que te invocan con sinceridad y fervor.
Fray Leopoldo, tú que viviste una vida austera y entregada al servicio de los más necesitados, te pido que intercedas ante Dios y le presentes mis intenciones más urgentes. Pongo en tus manos mi salud física y emocional, confiando en tu intercesión para obtener la sanación que tanto anhelo. Ruego también por mis seres queridos, especialmente por aquellos que están padeciendo enfermedades graves o que atraviesan dificultades en su vida.
Confío en tu poderosa intercesión ante el trono de Dios para que el sufrimiento sea aliviado y la gracia divina se derrame sobre todos aquellos que te invocamos con fe. Sé que has ayudado a innumerables almas en momentos de angustia y desesperación, y confío en que también escucharás mis plegarias.
Fray Leopoldo, tú que te entregaste con amor y sacrificio a la oración y a la penitencia, enséñame a vivir una vida de entrega generosa y humilde. Ayúdame a ser compasivo y solidario con los más necesitados, imitando tu ejemplo de servicio desinteresado.
Intercede también por la Iglesia, por el Santo Padre y por todos los sacerdotes y religiosos que siguen tu ejemplo de santidad. Ruega por la conversión de los pecadores y por la paz en el mundo.
Oh, bondadoso y poderoso Fray Leopoldo, confío en que escucharás mi oración y presentarás mis súplicas ante el trono de Dios. Ayúdame a crecer en fe, esperanza y caridad, y a vivir siempre cerca de Nuestro Señor Jesucristo.
Te pido, humildemente, que en tu infinita bondad y misericordia, me concedas el favor que tanto anhelo (mencione aquí su petición).
Amén.