La viuda y el juez injusto trata de una parábola que contó Jesús a sus discípulos para mostrarle lo poderosas que son las oraciones y la perseverancia. Se encuentra en el libro de Lucas Capítulo 18, para enseñarnos que hablar con Dios no es un acto en vano, sino más bien el mejor tiempo invertido. Ya que Dios nos escucha y responde a nuestras peticiones en el momento adecuado.
Conoce a través de nuestro post esta interesante historia que utilizó Jesús para hacernos reflexionar, ser mejor persona y ayudarnos a tener comunión con el Espíritu Santo. Recordemos que las parábolas eran la principal forma de enseñanza de Jesús.
Post sugerido: Las 3 Veces que Jesús lloró Versículo
Parábola De La Viuda Y El Juez Injusto
Por un tiempo el Juez no quiso ayudar a la viuda, pero después pensó y se dijo así mismo: “Aunque no temo a Dios y tampoco me importa lo que piensen las demás personas ayudaré a esta mujer. Porque si no lo hago, me seguirá molestando y me hará perder la paciencia”
¿Qué Nos Enseña Jesús Con Esta Parábola?
El mensaje que Jesús nos quiere dar con la historia de la viuda y el juez injusto, es que siempre debemos orar y ser perseverante, así como lo fue esta viuda. Si ella conseguía con su insistencia que este hombre malo que no le importaba nada la ayudara. ¿Cuánto más no conseguiremos nosotros acudiendo a nuestro Dios? Un Dios fiel y atento con sus hijos.
La oración es el componente principal para vivir bajo la presencia de Dios y obtener respuestas a nuestras vidas. Es importante no solo para Dios que hablemos con él, sino para nosotros mismos, porque es a través de la oración que Dios nos concede lo que queremos. Esta es la herramienta que él nos ha dado para estar en contacto con él.
Seamos persistentes, Dios nos escucha en todo momento y da respuestas a nuestras vidas. La fe juega un papel fundamental en la oración, si confiamos y creemos que Dios nos ama y tiene el poder de todo, estamos creyendo que él nos dará lo que necesitamos. No importa que tan imposible les parezca a todos, la fe es el botón que activa nuestras bendiciones.
El Juez Era Un Hombre Malo
Este hombre era una persona injusta, que no veía más allá de su propio interés. No tenía temor a Dios y mucho menos respeto por las demás personas. Ejercía su labor sin ningún tipo de ética, lo menos que podía pronunciar era justicia y aun así lo hizo, pero esto gracias a la insistencia de la viuda.
Si este hombre tan despiadado que no tenía una mínima gota de amor por nadie dio respuesta a la insistencia y perseverancia de la viuda, cuánto más nuestro Padre hará justicia en nuestras vidas. Tenemos un Dios justo, bueno, lleno de amor y mucho más poder que cualquier persona. Cuando somos persistentes crecemos en fe y carácter y esto le es agradable al señor.
La Viuda Tenía Diversos Obstáculos Para Ser Escuchada
En aquella época las viudas vivían en condiciones nada agradables, incluso el antiguo testamento se refiere a estas mujeres como oprimidas. Muchas veces eran víctimas y personas indefensas, sin ningún tipo de apoyo, mal económicamente. Eran consideradas personas de segunda clase y en la sociedad Palestina no iban a la corte.
Si esta mujer acudió al juez con todos estos obstáculos en su camino, ¿por qué no podemos nosotros acudir a Dios? Si por el contrario nuestro Dios nos está esperando con los brazos abiertos. No somos una viuda aislada de estos tiempos, hemos sido elegidos por Dios, no hay razón para no tocarle a su puerta y ser atendidos.
El Juez Y La Viuda No Tenían Ninguna Relación
Estas dos personas no tenían ningún tipo de relación, no había nada que los uniera religiosamente, personalmente, etc. El juez simplemente quería sacar a la viuda de su camino, hacerle justicia para no seguir soportando su presencia.
A diferencia, nosotros tenemos una importante relación con Dios, somos sus hijos, por lo tanto, nuestro Padre siempre estará con nosotros, le pertenecemos, su interés por nosotros y nuestro bienestar es sincero. Dios nos escucha porque somos su pueblo y nos ama, siempre estará de nuestra parte.
Reflexión Final De La Viuda Y El Juez Injusto
“Fíjense en lo que dijo el juez injusto ¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos que claman a él de día y de noche? ¿Se demora en responderles? Y de inmediato él mismo da respuesta Les aseguro que Dios hará justicia rápidamente para defenderlos.
Así mismo nos deja una pregunta para llevarnos a la reflexión, Pero cuando el hijo del hombre venga a la tierra ¿encontrará aquí gente que crea en él? Con esto se refiere a su segunda llegada y se pregunta si en ese momento encontrará gente que aun crea, confié y persevere, gente que se mantenga fiel a él y a su palabra.